ALBERTO GARCÍA-ALIX

Alberto García-Alix

He tenido el privilegio de conocer a alguna de las personas que admiro, y Alberto es una de ellas.
Desde siempre le he considerado un referente en mi oficio pues en cierto modo me he sentido identificado con él, pero a una escala mucho más pequeña. Pues para ambos la fotografía ha sido más que un trabajo un modo de vida, y con ella hemos capturado momentos importantes e intensos, alternando entre el campo profesional y el personal.


Alberto García-Alix se encontró con la fotografía de una manera un tanto casual, pues estaba metido en el mundo de las carreras de motos y vio como un amigo de su hermano venía los domingos a fotografiar las carreras y a la semana siguiente traía aquellas fotos que le fascinaron, eso le llevó a comprarse su primera cámara. Poco tiempo después un conocido perdió la vida durante una carrera, lo cual hizo un que él de alejase de ese mundo y comenzase a usar la cámara en su vida.

“La fotografía es un instrumento que te permite volver a vivir lo que ya has vivido”.

Durante los últimos años del régimen se estaba forjando en España algo entre los jóvenes, se trataba de un fenómeno social importante, impulsado por las ansias de libertad, de consumir cultura y un espíritu renovado. La llamada “Movida Madrileña” no fue algo que surgiera de la nada, sino que se dieron una serie de condicionantes y precedentes para que durante la transición, como dice García-Alix, eclosionara. El cese de la censura, unas leyes mucho más liberales, el apoyo a los jóvenes desde las instituciones quitaron el freno a una nueva época. Alberto fue una de las figuras importantes de este movimiento, en sus fotografías tenemos representada la personalidad de la movida madrileña, los tatuajes, la música y la noche llenaban sus negativos, alguna de las figuras más importantes de este movimiento estaban dentro de su círculo de amistades, como Camarón de la Isla, Emma Suarez o Pedro Almodovar. Se puede decir que el huracán de la movida madrileña pasó por su lado y el se zambulló dentro.

La Leica y la Hasselblad fueron nuestro instrumento. Experimentar con estas cámaras, formarse a uno mismo y ser pionero en un mundo todavía huérfano de fotografía enfatizan la figura de este fotógrafo y hace que le admire aún más, pues, como he dicho antes, a más pequeña escala,viví esas mismas experiencias.

“La cámara y el enfrentamiento con el modelo es violento”

La fotografía de Alberto destaca por sus imponentes retratos, descarados y chocantes, denota un desafío entre la cámara y el modelo. Tienen muchísima fuerza y retratan situaciones características de la cultura de los años 80. Su legado nos deja fotografías de figuras importantes de este movimiento cultural, como las citadas anteriormente. También son característicos sus autorretratos y sus descarados desnudos carentes de pudor.

“La fotografía es un alimento para vivir”.

Alberto García-Alix fue premio nacional de fotografía en 1999 y sus fotografías llenaron prestigiosas revistas como Vogue, Vanity Fair o British Journal of Photography. Desde su primera exposición en 1993 (los malheridos, los bienvenidos y los traidores) ha tenido una trayectoria muy activa hasta su última muestra, por el momento, en 2015 (sombras del viento) en el MUSAC de León.

Tuve la suerte de conocer a Alberto durante Unas jornadas de investigación sobre los inicios de la fotografía digital en 1999, Donosti. Donde nos reunimos unos 20 fotógrafos de toda la escena nacional. Durante esos días pudimos dialogar e intercambiar opiniones. Posteriormente nos volvimos a encontrar en el 2010 en Avilés con una propuesta impulsada para inaugurar el Centro Cultural Niemeyer en la que participarían el propio Alberto y Chema Madoz, pero finalmente la propuesta no tuvo éxito.